viernes, 12 de febrero de 2016

GANIMEDES.


GANIMEDES. 
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Baila amado corazón de bardo,
sobre el lienzo de mí herido amor,
erógeno precioso, ser hermoso,
que en momentos de fuego,
su cuerpo de hombre y de azucena
bajo la luna eterna me entrego.

Yo me bebí la locura de tus besos,
aspire la esencia a roble de tus rizos negros
y entrelazados nuestros cuerpos
sobre un trono de seda y algodón,
tenían un apólico olor a semen y a sudor
y nunca pudo ser el amor
tan profundo, tan carismático y eterno.

Baila amado corazón de bardo,
en el escenario eres un ángel, ave viajera,
estrella que cruza el firmamento.
En mis tardes de tedio cuando muera el sol
te amortajaran con el terciopelo de mis versos
ateridas y locas de pasión mis musas
y en el silencio eterno de mis melancolías
vivirás tallado como un dios.

En el lago matinal de mis recuerdos
serás mi roca y en ti descansare,
cuando naufrago y cansado
me sienta ahogado en el remanso del odio,
de la iniquidad, del desamor y el desencanto.




Déjame que te abrace tiernamente
y que bese tus labios con carmín pintados,
quiero que descanses tu cuerpo de varón
sobre mi cuerpo, quiero sentir el peso
de tu idílica belleza y recorrer tu espalda
con mis manos de poeta y de escultor.

Y para que no me olvides…
Con todo el amor y la pasión que siento,
sediento de ti, hambriento de ti,
yo te daré mis mariposas,
el canto aterido de mis musas,
el olor otoñal del tamarindo,
un nido, el palpitar de un rió!..
las sonatas de Shubert y una flor.

Déjame que te abrace tiernamente
y que nuevamente te bese con ternura
y déjame que secuestre tu sonrisa,
tejedor de sueños que en mi alma vives.

Tu vives en las simientes de mis rimas,
mi dulce amado, mi eterno y codiciado amor.

Fabio A. Pabón M.
CURANDERO TANGO.

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